Las enfermedades crónicas del hígado, como la Hepatitis B, la Hepatitis C y el hígado graso, entre otras, producen una acumulación progresiva de fibra colágena en el parénquima hepático, lo que determina un endurecimiento del hígado y un deterioro progresivo en sus funciones, hasta llegar a la cirrosis.
La biopsia hepática, ha sido durante años el método de referencia para cuantificar la fibrosis hepática, sin embargo actualmente se dispone de alternativas no invasivas como el Fibroscan que cuantifica la rigidez del hígado, que es proporcional al grado de fibrosis hepática.
Se dispone de estudios que han evaluado la fiabilidad y las limitaciones del Fibroscan en sujetos sanos, en pacientes con hepatitis aguda, en diferentes enfermedades crónicas del hígado y en receptores de trasplante hepático; concluyendo que es fiable para el diagnóstico de cirrosis hepática (estadio 4 de Fibrosis) y de fibrosis significativa (estadio 2 de fibrosis o superior), pero sus valores pueden variar según las características del paciente y la etiología de la enfermedad.
El Fibroscan permite evitar la biopsia hepática en el 90% de los pacientes con cirrosis y hasta en el 70% de los pacientes con fibrosis significativa cuando se combina con otros métodos no invasivos.
Está formado por una sonda emisora y receptora y un ordenador que procesa la información y genera una imagen de la onda elástica y el valor de la rigidez hepática. La sonda contiene un mecanismo vibrador que produce la onda mecánica y un transductor que produce la onda de ultrasonidos. La exploración se inicia con el paciente en ayunas, en decúbito supino y con el brazo derecho detrás de la cabeza. La sonda se aplica sobre la silueta hepática, entre las costillas, en la línea media axilar derecha y perpendicular al plano de la piel. El explorador debe mantener la posición de la sonda (con el mínimo movimiento posible) y pulsar el botón para obtener 11 determinaciones válidas. La onda mecánica produce una sensación de vibración pero es indolora, el examen dura entre 5 minutos a 30 minutos como máximo.
Es un método nuevo, no invasivo, que permite un adecuado seguimiento de los pacientes y que combinado con otros exámenes no invasivos (pruebas de laboratorio) es muy fiable.